En una innovación que podría revolucionar la industria acuícola global, la empresa mexicana Atarraya ha desarrollado una tecnología avanzada capaz de criar camarones lejos del mar. Los contenedores especializados de la empresa, conocidos como Shrimpbox, están diseñados para producir camarones en cualquier lugar del mundo, sin necesidad de acceso directo al mar. Esta tecnología no solo promete aumentar la eficiencia en la producción de camarones sino también abordar los retos ambientales asociados a la acuicultura tradicional.

Dirigido por Daniel Russek, CEO de Atarraya, el proyecto aprovecha el talento internacional para solucionar problemas que, aunque no son predominantemente de México —un país que incluso exporta camarón—, sí afectan a naciones como Estados Unidos que dependen enormemente del camarón importado. “Desarrollamos una tecnología en México, en Oaxaca, con el objetivo de resolver un problema global,” explicó Russek en una entrevista con El Financiero.

Los Shrimpbox de Atarraya, que cuestan 3.2 millones de dólares cada uno, tienen la capacidad de producir hasta 80 toneladas de camarones al año, lo cual supera por un margen significativo la producción promedio de 1.4 toneladas en acuicultura tradicional. Cada contenedor está equipado con inteligencia artificial que ayuda a monitorear y regular variables críticas como la temperatura y la oxigenación, asegurando así condiciones ideales para la vida de los camarones.

Con 19 contenedores actualmente en operación —tres en Oaxaca, dos en Naucalpan y 14 en Indiana— y planes de expansión para añadir cinco más en Estados Unidos, Atarraya está mirando hacia un futuro prometedor. Russek compartió ambiciosos planes de crecimiento: “Este año vamos a llegar a 80 Shrimpboxes y para el próximo año apuntamos a 250 en Estados Unidos”.

La empresa también está buscando atraer más inversionistas y expandirse internacionalmente. Herminio Blanco, presidente de la consultora IQOM y uno de los inversionistas de Atarraya, mencionó Japón como un posible mercado objetivo debido a que el sistema permite entregar camarones vivos, una ventaja competitiva importante.

Esta tecnología no solo es innovadora en términos de producción sino también en sostenibilidad. Comparada con la acuicultura tradicional que puede ser destructiva para los manglares y usar grandes cantidades de agua, los Shrimpbox de Atarraya utilizan solo 78 litros de agua por kilo de camarón producido. Además, el agua utilizada se transforma en biofertilizante, añadiendo un ciclo de vida útil adicional.

Desde su fundación en 2020, Atarraya ha crecido considerablemente, respaldada por inversiones significativas y una valoración estimada de 47 millones de dólares en 2024. Con un mercado global del camarón valorado en 69 mil millones de dólares en 2023 y proyectado a alcanzar los 100 mil 200 millones en 2032, Atarraya está bien posicionada para ser un jugador importante en la revolución de la acuicultura sostenible.