Ciudad de México. – En el contexto de creciente adopción de las criptomonedas en América Latina, México se ha destacado como uno de los líderes regionales en la recepción y uso de criptoactivos, según expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante la reciente conferencia ‘¿Qué viene con el halving para las criptomonedas?’, organizada por la UNAM, se reveló que México, junto con Argentina y Brasil, está entre los países de América Latina con mayor recepción de criptoactivos. Un factor clave en esta adopción es el uso de criptomonedas para enviar y recibir remesas, aprovechando la rapidez y facilidad de las transacciones transfronterizas.

Norman Wolf, profesor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, destacó que la plataforma mexicana de criptomonedas Bitso ha capturado el 5.4% del mercado de remesas en México. “Aunque aún es baja la participación de Bitso en materia de remesas, el crecimiento que ha tenido es de más de 400% en los últimos años, lo que muestra un potencial significativo para incrementar su participación en este importante sector económico”, afirmó Wolf.

Sin embargo, los expertos también advirtieron sobre los riesgos asociados con el uso de criptomonedas como forma de ahorro. David Ochoa, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, subrayó la volatilidad de estas monedas digitales y la falta de un respaldo institucional en caso de pérdidas significativas. “En un escenario hipotético en que el valor de las criptomonedas caiga a cero, no existe una entidad que pueda garantizar estos ahorros, a diferencia de lo que ocurre con los ahorros en la banca tradicional”, explicó Ochoa.

Ochoa también recomendó que, dada la volatilidad impulsada por factores macroeconómicos y geopolíticos, es esencial que los inversores, especialmente los jóvenes, estén bien informados y tomen decisiones basadas en datos sólidos y comprensión del mercado.

Esta creciente incorporación de criptoactivos en la economía mexicana apunta hacia la necesidad de desarrollar una regulación adecuada y promover una cultura financiera que pueda sostener el uso seguro y efectivo de estas tecnologías en el futuro.